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Gobierno de AMLO presenta decálogo sobre videojuegos
La intención es que los padres y maestros pongan más atención en lo que juegan los niños y los guíen
En los últimos días el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se ha mostrado preocupado por los efectos de los videojuegos en la juventud, por lo que la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana presentó un decálogo para garantizar la seguridad cuando se juega en línea.
Durante la mañanera, Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, fue la encargada de detallar este breve decálogo de recomendaciones y acciones conjuntas entre gobierno, familia y sociedad.
“Las ponemos a consideración para que las debatan, las hablen con sus hijas e hijos, los padres de familia, los maestros”, reiteró.
El decálogo recomienda:
- No jugar ni chatear con desconocidos
- Establecer horarios de juego
- No utilizar cuentas de correo electrónico personal, sino activar nuevas cuentas para jugar
- No proporcionar datos personales, telefónicos y bancarios
- No usar micrófono ni cámara
- No compartir ubicación
- Reportar cuentas agresivas o sospechosas
- Mantener la configuración de seguridad en dispositivos, es decir, control parental
- En caso de menores de edad, jugar bajo la supervisión de adultos
- Si se detectan estas conductas o algún tipo de acoso, violencia o amenaza en contra de menores se puede reportar al 088.
“Tenemos la certeza de que juntos avanzaremos en la construcción de la paz y hay que decir que no se trata de satanizar a la tecnología, sino de generar un uso responsable de ella”, agregó Rodríguez.
Hay que tener cuidado
La preocupación sobre los videojuegos también se debe a que las autoridades se enfrentaron a un caso en el que tres menores originarios de Oaxaca fueron “enganchados” por la delincuencia a través del título Free Fire.
De acuerdo con Ricardo Mejía Berdeja, subsecretario de Seguridad Pública, uno de los menores fue contactado dentro del juego por un usuario llamado Rafael, después siguieron conversando en Facebook y finalmente el menor le da su número de celular.
De esta manera, el criminal le ofrece trabajo en Monterrey, por 8 mil pesos quincenales su función sería permanecer en un cerro checando frecuencia de radio y avisar si había presencia de policía.
El menor acepta y le cuenta la situación a unos amigos de la escuela quienes también quieren participar, por lo que el criminal acepta y coordina el traslado de los tres menores. Sin embargo, los padres se dan cuenta de la desaparición de éstos y llaman a las autoridades quienes logran dar con los niños y capturan a la mujer encargada de llevarlos a Monterrey.