God of War: Ragnarök, el poder Padre-Hijo

Un padre siempre buscará que su hijo sea un mejor hombre que él, o al menos de eso se trata la vida. God of War: Ragnarok, la continuación de la saga nórdica del videojuego estrella de Santa Monica Studios puede resumirse en eso: en el poder de la relación entre la familia. Pero más allá de eso, se podría explicar en dos palabras: imponente y maravilloso.

Es la historia de un hijo que quiere estar a la altura de un legado imposible y una profecía opaca, que puede destruir la relación con su padre. Santa Monica Studios lo ha vuelto a hacer, ofreciendo un triunfo absoluto, incluso cuando luchan por salirse de su propio camino. Es y debe ser el GOTY de este año.

Desde un inicio, God of War Ragnarök no pierde el tiempo y nos devuelve a su entorno sombrío, con Kratos y Atreus corriendo para salvar sus vidas a través de un desierto helado. Si bien los dos pudieron haber triunfado al final del juego de 2018, provocaron la ira de casi todo el mundo nórdico.

Después de evadir a una Freya vengativa, nos recibe un espejo del sombrío inicio del juego de 2018. Sólo que esta vez, en lugar de dejar descansar a su madre, Atreus ha sacrificado a un querido compañero lobo, y las lágrimas comienzan.

Expresiones fotorrealistas y hermosos paisajes pueden disfrutarse en un juego completamente rico en todo, jugabilidad, imagen, diálogos y, sobre todo, una historia grandiosa que siempre nos deja con ganas de más. Si bien God of War Ragnarök todavía ofrece mucha acción, el juego se toma su tiempo y te obliga a sopesar las consecuencias de cada acción que realizas. Sólo que esta vez hay ternura y respeto observables en la dinámica central padre-hijo.

Kratos, que alguna vez fue un padre intransigentemente severo, ahora muestra sonrisas orgullosas de vez en cuando. Confía lo suficiente en los instintos de Atreus como para permitirle conducir el arco de la historia principal, incluso cuando lucha con su necesidad de mantenerlo a salvo. Sin embargo, expresa más frustración consigo mismo que con Atreus, plenamente consciente de que ninguna cantidad de entrenamiento puede detener a Ragnarök y el papel que su hijo está destinado a desempeñar en él.

Rebeldía y guerra

Como adolescente que es, Atreus continuamente oculta acciones que cree que su padre desaprobará, lo que sólo hace que Kratos responda poniéndose aún más protector, tal cual como pasa con cualquier padre. Mientras tanto, Mimir, la cabeza cortada más inteligente del mundo, se hace pasar entre ellos como amigo y pacificador, y Sindri, el enano germofóbico, obtiene un bienvenido desarrollo de personaje como socio de Atreus.

Si bien esta familia encontrada causa carisma, otros dioses también amenazan con robar el espectáculo. El juego nos presenta rápidamente a Tyr, otro Dios de la guerra. Donde Kratos siempre ha desempeñado su papel con rabia y estoicismo, toda esa violencia quebró a Tyr, dejándolo traumatizado y pacifista (después de sacarlo de la prisión, pregunta si puede dormir en un armario, porque sería demasiado espacio y libertad).

Una Freya atormentada por la muerte de su hijo, ofrece algunas de las reacciones más espectaculares que he visto en un juego.

El mundo de God of War Ragnarök también se eleva sobre Kratos de manera tan impresionante como sus deidades nórdicas, para bien y para mal. Cada reino explota con color y vida, o se destaca por su inquietante vacío. La verticalidad de Ragnarök está más compacta que cualquier juego de Dark Souls. La mayor lucha para cada rompecabezas viene al analizar las capas que se le presentan. Puede mirar una solución durante mucho tiempo sin discernir en qué nivel estaba, o incluso cuál era.

Más pistas y retos

Si bien God of War Ragnarök cuenta con configuraciones de accesibilidad, es un juego genial en cualquier forma. Atreus y Mimir a menudo ofrecen pistas incesantemente dentro y fuera del combate, sólo para quedarse callados mientras te agitas en un rompecabezas particularmente difícil necesario para progresar en la historia. A veces simplemente se siente imposible, cuando no lo es, es sólo mirar en otra perspectiva. Cuando resuelvas lo que te tenía atascado, te explicarán la solución, como si no hubiera sucedido por casualidad.

El estilo de lucha de Kratos se ha suavizado desde 2018 y Atreus se ha convertido en un asistente mucho más competente. La historia te mantiene cautivado, incluso cuando algunas mecánicas puedan irritarte. Estarás ansioso por seguir cada hilo hacia su inevitable y apocalíptica conclusión.

Sin embargo, donde los niveles verticales pueden estar demasiado apretados, la trama puede volverse demasiado amplia. God of War Ragnarök establece eventos importantes y los deja sin resolver durante horas de juego. Incluso si eliminas algunas misiones secundarias, parece que los creadores del título incluyeron más contenido, porque tenían la licencia para hacerlo, en lugar de porque ayudó a la historia que querían contar.

El final es una sorpresa para ti, pero de que habrá más de esta historia de un Dios de la Guerra que no puede escapar de su destino, tenlo por seguro.

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